Jue. Mar 28th, 2024

¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar por la fama? Esta pregunta, que conocemos de otras tantas películas tiene en Sinister la cara más diabólica y perturbadora de sus facetas. Ellison Oswalt (Ethan Hawke) es un afamado escritor cuyo éxito se reduce a un único logro, tiene el hábito de mover a su familia de ciudad en ciudad donde haya tenido lugar un truculento crímen sobre el que basar sus novelas. Esta vez, va a dar un paso más allá, y llevará a su trastornada familia a la casa misma en la que ha habido un cuádruple asesinato. La casa, por supuesto, nos deja muchas más sorpresas de las que les gustaría encontrarles. Un cruce entre La ventana indiscreta y El resplandor que, sin llegar a transmitir el terror psicológico de las anteriores sí nos altera y desordena a la vez que asusta.

Árboles ideales para ahorcarse, setos oscuros, habitaciones que se encienden solas, manchas que parecen caras y góticos que te sostienen la mirada durante minutos debajo del agua. Más que ningún otro género, el del horror se construye girando en torno al poder de las extrañas pero evocadoras imágenes icónicas, aquellas que hemos ido desarrollando como espectadores pero también como sujetos vulnerables a los miedos ancestrales. Y los escenarios ricos en simbologías, las atmósferas perturbadas que nos permiten aflorar mayores emociones son el gran acierto que debe buscar el buen creador de historias de miedo para meternos en el universo que nos propone. Sin embargo en ocasiones, creemos de forma involuntaria, se rompe ese pacto con el espectador. Aquí en este caso esto se da con el manejo de la lógica interna de los personajes. Y es que hay momentos en los que te gustaría gritarle muy fuerte a Ellison que deje de pasearse con el cuchillo, que parece que se lo va a clavar, y que encienda de una vez las luces de su casa.


Si este año además nos han saturado con el found-footage y con las ficciones deconstruidas Sinister se antoja una mezcla excitante y contenida de estas actualmente convulsas arterias del género de terror. Mientras Ellison se pasea por esa casa siniestra (todo va a la contra, se sugiere más de lo que se dice) encontrándose cintas de súper 8 con macabras filmaciones, y se juega con el punto de vista del protagonista y del espectador (al final somos el mismo ente) la historia fluye por las convenciones y los lugares comunes en un intrincado equilibrio constante que convencerá a la mayoría aunque a los más exigentes terminará por disgustar (las actuaciones a veces lo hacen demasiado dificil). Dos intensas horas de múltiples y lúcidos sustos que dejan un ligero dolor de cabeza por lo efectivo de su entorno edificado. Si esto te atrae, entonces adelante.


Calificación: 6

Por Esther Miguel Trula

Periodismo Complutense. He visto y he leído. Si hay que elegir, soy más de Edgar Wright que de Robert Bresson. Por suerte no hay que elegir. Mientras vivo en el norte, en mí cabaña en el bosque, mantengo el blog que actualizo asiduamente gracias al poder omnisciente de Internet. La dirección es http://flamencastone.com/ My home, sweet, home

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