Mar. Mar 19th, 2024

Martha Marcy May Marlene es una historia sobre la identidad en clave de thriller oscuro y opresivo. La narración salta del pasado al presente construyendo y reconstruyendo la historia reciente de su protagonista de forma fragmentada. Lejos de querer mantener una tesis clara o dar alguna respuesta a las preguntas que plantea la cinta se mueve en una sugerente ambigüedad para que sea el espectador, si así le parece, el que saque las conclusiones pertinentes. Si es que las hay.

Las cuatro emes son difíciles de seguir. La cinta de Sean Dunkin es a ratos lenta, a ratos desconcertante. La fotografía está cuidada hasta el último detalle y todos los recursos formales (cámara en mano, filtros) están justificados y al servicio de la narración pero la deriva existencial de Martha es también la deriva a la que se somete al espectador. Recompensados serán los que vayan a dejarse llevar.

Elizabeth Olsen, hermanísima de las Olsen de toda la vida, interpreta a Martha, quien luego será renombrada como Marcy May, quien en cierto momento también será Marlene. Cada nombre atiende a un momento de su vida pero todos, sobre todo los dos primeros, se entretejen y confunden a medida que pasa el tiempo. Olsen, a quien ya vimos en Luces rojas, extiende ante los ojos del espectador un abanico impresionante de emociones. Mirada, carácter, pose; de la autosuficiencia a la fragilidad, del instinto maternal al miedo más atroz. La joven actriz perfila un personaje complicadísimo y asienta las bases para que no nos sorprendamos de sus sobresalientes capacidades interpretativas en futuros títulos.

La cinta juega su baza más importante con los personajes y Elizabeth Olsen no está sola: el otro intérprete sobresaliente, sin desmerecer a la pareja formada por la hermana de Martha y su marido, es John Hawkes en el papel de Patrick, líder de la comuna medio hippie medio secta que acoge a una confusa Martha cuando todavía es Martha y que la transforma hasta convertirla en Marcy May. Patrick es el agujero negro que atrae sin posibilidad de oposición a todo cuanto se acerca a él para destruirlo sin piedad. A veces paternal, a veces espeluznante, Hawkes tiene el porte escuchimizado, la mirada cálida y la sonrisa torcida para encarnar al Mal engatusador que engaña y anula a todo aquel que esté a su alrededor.

En un momento dado Patrick canta una canción dedicada a Martha en la que repite constantemente «Ella es solo una fotografía». Me recordó un poco a Neil Young, pero uniéndola a la temática de la película y sus preguntas sobre la identidad tiene también cierta conexión con los primeros versos del «Editions of you» de Roxy Music.

Martha Marcy May Marlene construye durante todo su metraje la tensión que cualquier película de terror tiene que despachar en treinta o cuarenta minutos por su propia naturaleza. Sean Dunkin demuestra que entiende, como también demostró que entendía Ti West en su House of the Devil, los mecanismos de creación de esta inquietud. Entienden el género de una manera tan profunda y tienen unas inquietudes tan marcadamente alternativas que juegan con las reglas del cine de terror para contar algo completamente diferente, algo parecido a lo que al sur de los Pirineos hace Nacho Vigalondo. Estos soplos de aire fresco, a priori sorprendentes para el espectador medio, premian al espectador inquieto que busca emociones alejadas del circuito habitual.

Frases destacadas:

Patrick: «Ella es solo una fotografía…»
Patrick: «No te culpo por no confiar en la gente»
Martha: «Soy una maestra y una líder, pero tú nunca me dejas serlo»
Patrick: «Sabes que la muerte es la parte más bonita de la vida, ¿verdad? La muerte es bonita porque la
Patrick: «La muerte es amor puro» 

Calificación: 7

Por Víctor Martín-Pozuelo

Al final, me dedico al marketing, al final.

3 comentarios en «Martha Marcy May Marlene»

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